Estos dibujos forman parte de una muestra colectiva expuesta en la municipalidad de Rancagua el año 2004, que se llamó "100 BITACORAS DE VIAJE", en la que participe invitada por mi amiga Beatriz Velenzuela. Como introducción a la muestra escribí: "Desde antiguos cuadernos las rescaté a ellas, las que alguna vez, abandonando quizás qué habitaciones de mi profundo y oscuro castillo, se hicieron carne a través de mi lápiz. Ahora, como antigua hechicera recolectora de huesos, las he llevado de viaje al mundo de la virtualidad. Allí, avatares de sí mismas, convivieron días y noches para finalmente, tras un conjuro, tomar un nuevo cuerpo material e iniciar, solas, el nuevo viaje."