lunes, enero 16, 2006
Dibujar por dibujar, sin encargo, con todo el tiempo, sólo por el placer de dibujar. Así nos pusimos con mi tío esa tarde de verano tardío en Marburg, a dibujar el tilo del patio de la casa. Mientras, los niños improvisaban una obra de teatro que nunca entendimos muy bien. A lo lejos, se escuchaba la autopista. Entre el follaje de los árboles, sobre el monte, el castillo. Cuando tenía 15 años y fui la primera vez a alemania, mi tío cambió de alguna manera mi modo de dibujar. En aquella época yo dibujaba sólo líneas, todo era contorno, que a veces rellenaba con tonos más oscuros. Entonces me dijo que probara con texturas, claros y oscuros, sombras y luces. Fue difícil, me resistí en un comienzo pero después me este ejercicio me ayudó a afinar el ojo. El año pasado cuando estuve en su casa me regaló un libro delicioso, bien empastado, de hojas blancas, buen formato, de esos que acá no se encuentran. Delicia de artistas y diseñadores. Y de arquitectos también!. Lo inauguré con este dibujo, y él me acompañó dibujando en el suyo. Momento grato, el de dibujar sin prisa, acompañada en una complicidad que sólo los que dibujan de a dos, pueden entender.
2 Comments:
elisa: lindo tu post, es solo el deseo puro de hacer lo que queremos, ... me gustaría que tambien te hicieras parte de la última post enmi blog, tal como lo hicimos para la exposición "cien miradas de viaje"... ahora son 100 rostros... se te le ocurre como lo hacemos? hay que elegir blogger cototos, con vsión y propuestas
El don de dibujar y pintar me parece mágico, como que hayas vuelto a escribir aquí. ¿Será que los niños cultivan el 'teatro del absurdo'?
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