
miércoles, marzo 22, 2006

domingo, marzo 12, 2006

Vacío, silencio, soledad. Un día nublado en Maicolpué, en invierno u otoño. La playa sin un alma. El mar parecía una taza de leche, el aire presagiaba un terremoto que nunca llegó. Qué nostalgia...este verano ni siquiera me asomé por allí, me llegó la noticia que los turistas se asoleaban sobre la basura ya que el municipio de San Juan de la Costa había desarmado los barureros en altura que habia desde hace tiempo. Las carpas haciendo nata, los reggetones hasta las 4 de la madrugada, las micros estremeciendo la casita de tejuelas desde la que antaño se escuchaban los sapitos croar, el río ya muerto, donde hace 20 años saltaban los salmones farios a la vista del que cruzara el puentecito de madera. Los inviernos ya no le alcanzan a este pobre balneario para recuperarse de tan duro golpe. Qué peste somos Dios mío!...