

Manolito hermoso, cuando tenía 4 años y era regalón, y ahora que tiene 19 y bueno, recién esta volviendo a dejarse querer. En el retrato de adulto no se parece mucho, me salió más parecido a un árabe, demasiado narigón, Manuel es más lindo en realidad, pero igual el dibujo se parece a él, por ejemplo en el gesto indolente, en la actitud de no estoy ni ahí con todos ustedes, déjenme escuchar mi música tranquilo, un poco rebelde sin causa. Pero a los 4 años algo de esto se intuía ya, lo vislumbro en un gesto de su boca, en el ceño fruncido, la seriedad encarnada. Igual mi hijo tiene sus facetas dulces, aunque no le combinen mucho con su imagen dark y bohemia, y una de ellas es su debilidad por las guaguas y los niños, por ejemplo su hermana chica o su sobrina. Incluso guaguas ajenas, o niños en la calle. Manuel se fue hoy a subir el monte Tronador, en la décima región, por 15 días, a pié, con el Mau y el Grimbal. Partieron con mochilas y petacas, cuídate Manuel, si ya sé!!! Ya sé que sabes pero cuídate igual, no hagas leseras, bueno ya, chao. Y yo me quedo pensando que frágil es nuestra existencia, ayer 4 años, hoy 19. Y mañana quién sabe.